En Inglaterra el rol de presidente como máximo líder del poder ejecutivo, lo cumple el Primer Ministro, generalmente este jefe de gobierno cumple el rol de máximo líder del estado, asumiendo responsabilidades tales como dirigir toda la actividad del gobierno, elegir y nombrar funcionarios de su gobierno, así como también cumple el rol de dirigir el estado y representarlo ante el mundo.
El Primer Ministro británico es el jefe del partido que tiene mayoría en el Parlamento, a su vez encabeza el gobierno de su Majestad, en la actualidad el partido conservador ha logrado sumar la mayoría en la Cámara de los Comunes por lo que el Primer Ministro es Theresa May.
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Origen del cargo
Si en Inglaterra existe la figura de un monarca que, en teoría, debería gobernar por sobre todos los aspectos del estado, ¿cómo puede ser que exista una posición como la del Presidente o Primer Ministro? Para responder a esta pregunta debemos viajar un poco al pasado.
Aunque no existe una fecha concreta para señalarla como el momento de creación del cargo, podemos comenzar apuntando al año 1688 cuando, debido a la huida hacia Francia del Rey James II y para limitar el poder de los Monarcas entrantes (William III y Mary II), los miembros del Parlamento redactaron una serie de decretos que limitaban los poderes del Soberano (Rey/Reina) y de sus sucesores.
A causa de estos escritos, la mayoría del poder gubernamental pasó a las manos del Parlamento, el cual ahora tenía el control sobre las financias y la legislación, por lo cual el Monarca debía presentar reportes cuando necesitaba un incremento en las finanzas del estado, intentando justificar en qué, cómo y por qué debía ser utilizado el dinero de la manera que era necesario.
Con el pasar del tiempo se fueron desarrollando diversas prácticas bajo las cuales el Soberano de turno intentaba obtener influencia indirectamente sobre las decisiones del Parlamento, esto con el fin de lograr sus objetivos políticos, hasta que, en 1713, y para evitar que algún miembro del parlamento con malas intenciones propusiese una ley en contra del estado, la Cámara de los Comunes anunció la Orden 66, bajo la cual anunciaban que no tomarían en cuenta ninguna propuesta económica que no proviniera de un ministro de confianza para La Corona.
Este ministro, el cual además de sus funciones originales ahora sostenía poder sobre el Tesoro del estado (por lo cual era conocido como Primer Lord del Tesoro), era considerado como una figura un poco más importante que los demás ministros a pesar de no poseer un título oficial que lo elevara por sobre ellos.
Hasta que en 1905 se reconoció oficialmente el título de Primer Ministro, previo a esto sólo se había usado a modo de critica cuando durante el reinado de Jorge I, se había nombrado como “Primer Lord del Tesoro” a Robert Walpole, el cual según la sociedad de la época había tenido demasiado poder.
Elección
La manera en la que el protocolo indica que debe ser nombrado el Primer Ministro indica que debe ser elegido por el Monarca, pero la manera en la que se delimitan a los candidatos es quienes cuenten con la mayoría de votos en la Cámara de los Comunes.
Esto quiere decir que los ciudadanos no eligen directamente a quien va a ser nombrado como Primer Ministro, sino que, mediante el sufragio, seleccionan a varios ministros para que sean sus representantes en el Parlamento, cada cual perteneciente a un partido político, y, al final, la Reina toma al ministro que posea mayor poder e influencia entre sus iguales y le concede esta posición.
Esta persona, por lo general, pertenece al partido que haya obtenido más escaños en las elecciones parlamentarias, pero, en caso de que no exista dicha diferencia en la cantidad de ministros por partidos, varias facciones del parlamento llegan a un acuerdo para impulsar la candidatura de un solo miembro, siendo este el que mejor represente los intereses de cada uno.
Estas reglas no se encuentran en la constitución de la nación, sino que son acuerdos de palabra llevados a cabo gracias a la costumbre que viene forjándose con años de tradición entre los gobernantes y ciudadanos ingleses. Este tipo de arreglos, los cuales son aceptados por todos a pesar de no encontrarse escritos en la carta magna, son conocidos como convención constitucional, y es un rasgo muy característico del sistema de gobierno inglés.
Un punto sumamente importante que sí se encuentra estipulado en la constitución de Inglaterra es el curso de acción a tomar en caso de que el primer ministro no pueda culminar su periodo de gobierno. Si esto ocurre cuando el partido político al que pertenece sigue siendo mayoría, entonces este mismo partido será el responsable de encontrar a un sucesor digno. De esta manera, se busca llegar a una solución al problema en el menor tiempo posible.
Funciones
Como Presidente de Inglaterra, el Primer Ministro tiene varias responsabilidades acordes a la cantidad de poder que se le confiere, entre las cuales se incluye la de ser el jefe de gobierno de Su Majestad y actuar como su portavoz oficial, por lo cual está encargado de anunciar a los ciudadanos las decisiones políticas de mayor envergadura.
Además, esto también le confiere el poder para seleccionar a los miembros del Gabinete, los cuales son el grupo de personas encargadas de tomar las decisiones gubernamentales más importantes, y están obligados a hacerse responsables por sus acciones frente al Parlamento, al Soberano y al electorado. Las órdenes emanadas por este ente atañen a todos los miembros del gobierno, y su poder es tal que, si un ministro no puede obedecer, está obligado a renunciar a su puesto.
Otra de sus funciones es la de ser el principal responsable por la actuación en general de la Administración Pública de Su Majestad (Civil Service). Este ente, conformado por el gabinete de ministros, el gobierno escocés y el gobierno galés, se encarga de implementar las decisiones tomadas por los ministros gubernamentales.
Aunado a esto, el presidente, junto con su cargo de Primer Ministro, adquiere el título de Primer Lord del Tesoro, el cual es la cabeza de la Tesorería, ente que se hace cargo de las finanzas públicas del estado.
Para poder realizar todas estas funciones a cabalidad plena, el Presidente de Inglaterra debe tener el apoyo de la Cámara de los Comunes que, aunque no son quienes lo eligen, tienen un gran impacto en cuanto al desarrollo del cargo se refiere. El primer ministro debe reportarse ante ellos, de forma que se ve obligado a jugar sus cartas políticas de manera que las decisiones que tome no afecten negativamente su imagen dentro del Parlamento.
Vivienda
Es bien sabido que cada país posee una residencia oficial en la cual hacen vida sus líderes de estado. Por lo general, estas residencias están diseñadas para poder dar la mayor comodidad posible mientras se mantienen los protocolos de seguridad necesarios con el fin de salvaguardar al primer mandatario.
En Inglaterra, este recinto es conocido como 10 Downing Street y, oficialmente, actúa como residencia del Primer Lord del Tesoro, puesto que es ocupado por el Primer Ministro.
Se encuentra en Downing Street en Westminster, Londres, y, con sus tres pisos de altura, alberga oficinas, salones de conferencia, cocina, una residencia oficial y un jardín interior.
Este edificio fue un obsequio para Sir Robert Walpole, el cual decidió que era mejor que sirviese como recinto para los futuros Primeros Lores del Tesoro. En ese momento no era un solo establecimiento sino tres casas, pero luego fueron unidas en una reconstrucción que duró alrededor de tres años.
Cuando no hay confianza
Anteriormente mencionamos que el primer ministro estaba obligado a mantener convencidos de su capacidad para gobernar a los miembros de la cámara de comunes, pero, ¿por qué? La respuesta es sencilla: si no lo logra, los ministros de la cámara pueden anunciar al público que no tienen confianza en el gobierno de la reina, en cuyo caso comienza un periodo de catorce días, durante los cuales la cámara puede formar un gobierno temporal o el Primer Ministro puede intentar recobrar la confianza perdida.
Si al final de ese lapso aún no ha sido posible recuperar la confianza del gabinete, se realiza una elección general. Sin embargo, si al final el gabinete percibe más confianza de un gobierno alternativo y no del presidente, entonces el primer mandatario está forzado a renunciar a su cargo.
Los más sobresalientes
Inglaterra ha estado habitada por personas impresionantes durante toda su historia, por lo cual es de esperarse que sus gobernantes sean seres sobresalientes de los cuales vale la pena hablar en cualquier momento. Pero, entre todos estos mandatarios, existen varios que se posan sobre el podio de la genialidad, la creme de la creme.
Comenzamos mencionando a Winston Churchill, un personaje tan controversial como admirado, y es que es considerado como uno de los mayores genios de guerra que haya existido, aunque también se le achacan varias prácticas brutales durante su mandato. Hay que mencionar también que gran parte de su imagen exitosa es debido tanto a su habilidad discursiva como al tiempo en el que tuvo la oportunidad de gobernar (II Guerra Mundial), ya que era considerado alguien incapaz de tomar decisiones correctas en tiempos de paz. Para muestra un botón; una de sus citas más conocidas es “No tengo nada que ofrecer más que sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor”
Poco más de cien años antes que Churchill, en Inglaterra había gobernado Charles Grey, conocido por haber sido el responsable de la abolición de la esclavitud en todo el Imperio Británico. Ahora, volviendo un poco al futuro, nos encontramos con Clement Atlee, quien ejerció su mandato luego de Churchill. Atlee es recordado por permitir la independencia de la India, movimiento que, se cree, fue el causante del final del Imperio Británico. Pero su más grande logro fue el haber podido promover el Servicio de Salud Nacional, el cual proporcionó atenciones para la salud de toda la población.
La Primer Ministro más recordada por los ingleses y el mundo sin lugar a dudas fue Margaret Thatcher conocida también como la Dama de Hierro, la cual ocupó el cargo de Primera Ministra durante 11 años, consolidándose como la primera mujer en ocupar el cargo.
¿Por qué la Dama de Hierro? Por su estilo de liderazgo y su accionar a la hora de abordar los problemas de la nación. Un ejemplo perfecto de esto fue la manera en la que lidió con la huelga de hambre del Ejército Irlandés de Liberación Nacional y el Ejercito Republicano Irlandés Provisional, quienes querían que se les devolviese el estado de prisioneros políticos. Thatcher se rehusó a aceptar la medida, anunciando que “Crimen es crimen, no política”. La huelga terminó luego de la muerte de diez de los protestantes, y, aunque se les concedieron algunos derechos especiales, no fueron reconocidos como presos políticos.
Durante el transcurrir de la historia, el sistema de gobierno del Reino Unido ha ido cambiando, pasando de ser una completa monarquía a una monarquía parlamentaria. Gracias a esto, sin duda presenciaremos el alzamiento de muchos más líderes como presidentes de Inglaterra, sólo nos queda ver y admirar con cuanta experticia se harán cargo de los asuntos por venir.
Fuente:
– Foto
–Gladstone’s Cabinet de 1868 por Lowes Cato Dickinson
–10 Downing Street por Sergeant Tom Robinson
