Inglaterra Siglo XVI

Monarquía de Enrique VIII

El siglo XVI en Inglaterra estuvo marcado por la mayor reforma religiosa en la historia de este país, todo protagonizado por las historia de amor del rey Enrique VIII, el monarca de aquella época el cual pertenecía a la dinastía a la casa de los Tudor y había heredado de si padre Enrique VII la corona de Inglaterra.

Una de los hechos más relevantes en este siglo para Inglaterra fue la ruptura con la Iglesia Romana, lo que trajo grandes tensiones con todos los países de Europa ya que Enrique VIII se declaró líder de la Iglesia de Inglaterra anuló su primer matrimonio con Catalina de Aragón sin consentimiento del Papa, y se casó con la que hasta esa entonces era su amante Ana Bolena.

El rey se casó seis veces buscando un heredero hombre al cual sucederle el trono, su primera esposa solo el dio una hija mujer que después la historia la conocería como María I o María la Sanguinaria, pero ningún hombre, la segunda esposa Ana Bolena solo le pudo dar también na mujer que más adelante conoceríamos como Isabel I, y su tercera esposa Jane Seymour por fin consiguió darle un hombre para la sucesión del trono el que la historia conocería como Eduardo VI.

Uno los momentos más importantes de este siglo fue la adhesión de Gales al reino inglés, la Casa de los Tudor fue la encargada de llevar los destinos de Inglaterra por todo el Siglo XVI, ya que después de Enrique VIII sus tres hijos portarían la corona de Inglaterra a lo largo del siglo.

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Acta de Supremacía

En 1534, Enrique VIII instituyó el Acta de Supremacía, con este documento él se declaraba jefe supremo y único de la Iglesia de Inglaterra y, a través de éste pliego, señalaba que cualquiera que fuera partidario  del Papa de Roma era traidor de la corona inglesa. De esta manera, comenzó la persecución religiosa de católicos, durante ese periodo muchos miembros de alto rango de la Iglesia desconocieron el manuscrito y fueron ejecutados.

 

Acta de Supremacía

 

Una de las víctimas de Enrique VIII fue Tomás Moro (Thomas More), el teólogo y político inglés desconoció el Acta de Supremacía y se opuso a la anulación del matrimonio entre Enrique VIII y Catalina de Aragón, la insubordinación de Moro tuvo un cruento desenlace, en 1535 fue procesado y tras ser declarado culpable, fue decapitado. En el siglo XVIII, Moro fue beatificado y en el siglo XX fue canonizado, estos títulos eclesiásticos los recibió tras ser considerado santo y mártir.

El arzobispo inglés, John Fisher, tuvo un destino similar al de Tomás Moro, Fisher (al igual que Moro) se opuso a las decisiones de Enrique VIII y fue decapitado. En el siglo XX fue canonizado al ser considerado un mártir de su época. La persecución a miembros de la iglesia católica, también cobró la vida de un grupo de monjes de la Cartuja londinense, éstos fueron ejecutados en la plaza de Tyburn como muestra pública del poder ilimitado que ostentaba el monarca de Inglaterra.

 

Clero Inglaterra Siglo XVI

Antes de que entrara en vigor el Acta de Supremacía, la iglesia católica gozaba de grandes riquezas que incluían tierras, inmuebles y barras de oro. Este patrimonio había sido amasado desde muchos siglos atrás, su patrimonio sirvió a la Iglesia para forjarse como una institución poderosa capaz de intervenir en las decisiones políticas del país.

 

Clero Inglaterra Siglo XVI

 

La iglesia también tenía una gran influencia en el control espiritual del vulgo, esto se debía a que en Inglaterra, en el siglo XVI, había un alto índice de analfabetismo. Los clérigos  desde su plataforma religiosa emitían mensajes emotivos a la población y, de esta manera, educaban a los fieles bajo una misma idiosincrasia de obediencia a la monarquía.

Pero tiempo después, cuando el Acta de Supremacía se hace oficial, todas las pertenencias de la Iglesia católica se convierten en patrimonio del monarca de Inglaterra. Con ello, la iglesia pierde el poder económico, político y espiritual del cual gozaba al inicio del siglo XVI.

 

Nacimiento de las ciudades

 En el siglo XVI, Inglaterra vivía un proceso de transición en cuanto a las ciudades y las zonas rurales. En aquella época, comienzan a surgir las ciudades que ofrecían incipientes oportunidades económicas y que representaban la modernidad de Inglaterra. Sin embargo, más de la mitad de la población habitaba el campo, ya que era en este lugar donde convergía la base de la economía del país, pues la producción agrícola y textil era el motor de la riqueza nacional.

Si bien, las ciudades tenían grandes ingresos provenientes del transporte marítimo, las zonas rurales  movilizaban una gran cantidad de insumos y recursos naturales para el país y el extranjero. A pesar de sus diferencias, las ciudades se mantenían cercadas por grandes campos de cultivo; esta situación era benéfica para los terratenientes, ya que éstos solían vivir en las urbes y, debido a la cercanía, podían vigilar constantemente sus tierras.

 

Nacimiento de las ciudades en Inglaterra

 

Si bien, en el siglo XVI, las ciudades adquirieron mayor protagonismo, el desarrollo de éstas dependía totalmente de las actividades rurales. Sería hasta el siglo XVIII, con el nacimiento de la Revolución Industrial, que las urbes adquirirían autonomía y protagonismo económico y productivo. El destino de los trabajadores del campo era indiscutible, tenían que adaptarse a los cambios tecnológicos y sociales replanteados por el nuevo desarrollo económico.

 

Ley  de los Pobres

 La ley de los Pobres o Poor Law se puso en práctica a finales del siglo XVI, y estuvo vigente hasta después de la Segunda Guerra Mundial. Los estatutos marcados en este documento tenían como objetivo “limpiar” las calles de las ciudades y pueblos de indigentes y vagabundos. Debido a los problemas de la iglesia en el siglo XVI, los pobres ya no recibían asistencia ni caridad del clero, por lo cual comenzaron a llenar las calles para obtener apoyo de la ciudadanía.

 

Ley de los Pobres

 

El régimen inglés estaba preocupado por la sobrepoblación de indigentes y gente desocupada, así que el Parlamento aprobó la Ley de los Pobres para resolver la problemática social que enfrentaban, la legislación ordenaba la detención de indigentes por el lapso de tres días con sus respectivas noches. Cuando eran liberados, a éstos se les ordenaba abandonar el pueblo o ciudad donde solían deambular, por esta razón, los indigentes simplemente erraban de poblado en poblado sin obtener ninguna solución a su problema.

 

Literatura Inglesa

Cuando inicia el siglo XVI, el poeta inglés, Thomas Wyatt escribe en Inglaterra los primeros sonetos, estos versos los realizaba para ser musicalizados, esta forma de presentar el arte escrito llamó mucho la atención de los lectores ingleses. Este fue el inicio de una época fructífera para literatura inglesa; los mayores exponentes de esa era fueron William Shakespeare y Edmund Spenser. Al finalizar el siglo XVI, las letras inglesas habían evolucionado a expresiones lingüísticas más complejas que estaban inspiradas en la mitología clásica y a la monarquía inglesa.

William Shakespeare

El poeta y dramaturgo inglés, William Shakespeare es considerado el escritor más influyente del siglo XVI en la literatura universal.  En 1593, recibió excelentes críticas en Londres gracias a su poema  Venus y Adonis; un año después destaca la publicación poética The Rape of Lucretia. En 1595, Shakespeare presenta uno de sus trabajos más aclamados por la crítica teatral: El sueño de una noche de verano.

 

William Shakespeare

 

Es hasta el siglo XVII que Shakespeare se consolida como un gran dramaturgo con las obras: Hamlet, Otelo y La tragedia de Macbeth. Su obra consta de diez tragedias y dramas históricos; así como de catorce comedias. Su trabajo se caracteriza por presentar comedias, sátiras y dramas basados en la historia de Inglaterra del siglo XVI y XVII. Estas características convirtieron su obra en material atemporal y universal.

 

Edmund Spenser

El poeta inglés, Edmund Spenser, es reconocido como uno de los más celebres poetas de Inglaterra. Su obra más afamada es “La Reina Hada” (1590), en este trabajo, el escritor rememoraba la imagen de Isabel I de Inglaterra y de la casa de Tudor. El poema repasa distintos pasajes imaginarios donde sobresalen las grandezas de la nobleza inglesa, bajo esta premisa, Spenser pone de moda, en la sociedad inglesa, el comportamiento refinado de la aristocracia.

 

Edmund Spenser

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