El escritor y militar inglés, Lawrence de Arabia, fue inmortalizado en los años 60 en la película protagonizada por Peter O’Toole. Era un hijo bastardo de un aristócrata que se dedicó a viajar por el mundo. Ejerció de militar,arqueólogo y aventurero, enamorándose perdidamente de las lejanas tierras de oriente.
Lugares como Palestina, Siria y Líbano eran su segundo hogar, y supo entablar relación con figuras muy importantes de arabia, como el sheik Ahmed, a quién conoció en Carchemish. Después durante la Primera Guerra Mundial realizó diferentes trabajos de espionaje para el Imperio Británico, y poco a poco se fue labrando una reputación muy divergente según si lo conocíamos como amigo o enemigo.
Como espía su mayor misión fue convencer al rey Hussein de continuar una revuelta árabe que sus hijos habían llevado a cabo contra los turcos. Gracias a su amistad con el rey, a sus habilidades diplomáticas, consiguió su objetivo. A lo largo de su vida sufrió toda clase de desgracias, violaciones y torturas, pero también vivió aventuras inolvidables y se transformó en una de las figuras de Inglaterra.
Sus últimos días los paso en una cabaña del condado de Dorset, un pequeño lugar llamado Clouds Hills donde se puede ver un museo dedicado a la vida y obra de Lawrence. Se fue a vivir allí a los 46 años, cuando decidió abandonar el servicio para Su Majestad.
Le gustaba la tranquilidad y simpleza de la zona, y allí pasaría sus últimos días este hombre que supo vivir mil aventuras en territorio oriental.
En 1935 falleció en un accidente en moto cerca de la vivienda. Su hermano donó la casa al Tesoro nacional para que se hiciera un museo en honor a Lawrence.
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